El individuo puede prescindir de los vínculos que lo ligan a los otros, simplemente porque los otros o el otro, cuenta mucho para el sujeto. Porque el sujeto es un ser social, según cree, desde su nacimiento a su contexto social. Se forma en ese contexto.
Por lo tanto esto lo hace miembro de un pueblo, de un linaje, de una casta, de una institución o de cualquier cosa que lo forme como integrante de lo que podríamos llamar una multitud organizada. Integrante de una masa para un determinado fin.
Hablando de ese individuo que siente, piensa y actúa de una determinada manera cuando se encuentra en una determinada condición si su inclusión en una multitud que adquiere la propiedad de una masa psicológica provoca una reacción o altera la individualidad de ese sujeto.
Si hablamos de masa con respecto a la pregunta de las barras bravas, podemos incluirlo o como derivación de un fenómeno de masas, el rol sobresaliente de un fenómeno de grupo que se masifica cualquiera sean los individuos que la componen por más diversidad o semejanza que tengan cada uno de ellos. Sus ocupaciones, su carácter, su inteligencia, sus condiciones propias al ya estar formados toman una especie de alma colectiva, lo cual incluye su inclinación al pensar individual. Algo que los une porque la característica de la masa hace que se sobrepongas a la individualidad del sujeto. Por lo tanto, si esos individuos dentro del grupo-masa están ligados en una unidad, tiene que haber algo que los una. Y este motivo de unión podría justamente ser lo característico de ese grupo-masa.
Refiriéndonos a este tema, un pensador como Lebond en su obra “Psicología de las Masas”, opina que las mismas tienen las características de que en ellas desaparecen las adquisiciones de los individuos, la peculiaridad, aquellas cosas que hacen que el individuo se tal. Y altera el inconsciente. EL inconsciente que hace que lo heterogéneo se funda con lo homogéneo. De este modo, la superestructura psíquica del sujeto desarrollada diversamente en los distintos individuos se desmonta. Cuando decimos que se desmonta quiere decir que se despotencia y se pone al desnudo, se vuelve operante el fundamento inconsciente que yace en cada individuo.
Si hablamos de causas que hacen al funcionamiento de la masa, desde la óptica de Lebond podemos hablar de tres: la primera sería un sentimiento de poder invencible, lo que significa que por el sólo hecho de que el número que celebra el grupo-masa pueda permitirles entregarse a estos instintos que de estar solos habrían estado sujetados forzosamente a las condiciones que hacen que el sujeto no permita lanzar al exterior, las cosas que inconscientemente se generan. El individuo al sumarse a una masa queda sometido a condiciones que le permiten echar por tierra todo tipo de represión de emociones funcionales inconscientes. O sea, se permite echar afuera todo aquello que en estado de individualidad no se animaría a hacer. De Patricia Carise, podríamos decir que la conciencia moral y el sentimiento de responsabilidad que es muy fuerte en un sujeto en su accionar cotidiano e individual.
Una segunda causa siguiendo el pensamiento de Lebond es que todo acto es contagioso y se sacrifica el interés personal al colectivo. O sea, aparece el contagio. En la multitud todo acto es contagioso en tal grado que el individuo sacrifica su interés personal en pos del interés colectivo. Y una tercera causa podría ser la sugestionabilidad, que es como de un carácter hipnótico, del cual, el contagio es sólo un efecto. Quiere decir que la personalidad consciente desaparece por completo y, la voluntad y el discernimiento, quedan totalmente abolidos, o sea se pierde conciencia de los propios actos. Desaparecen la personalidad consciente, los sentimientos, las ideas y se acrecienta la tendencia a transformar las ideas sugeridas, en actos. Es decir, el individuo deja de ser el mismo, y adquiere el perfil de un autómata carente de voluntad. Por el mero hecho de pertenecer a una masa organizada, el ser humano desciende escalones en lo que se puede llamar “la escala de la civilización”.
La masa tiene estas características. En primer lugar es impulsiva, en segundo lugar es voluble y además es irritable. Guiada por el inconsciente, se vuelve omnipotente y no soporta algo muy primordial en la vida de un ser humano, que es la diversión. El tiempo que se necesita entre lo que uno apetece, lo que llamaríamos el apetito, y aquello que es deseado o apetecido. Por otra parte, la masa es extremadamente influible por la pérdida de conciencia. Pierde sentido crítico, capacidad de razón y se vuelve totalmente crédula. Y por lo tanto, esto la lleva a ser exaltada y no responde a los argumentos lógicos ni a los fundamentos que cualquier ser humano ante un accionar y ante un acto de la vida cotidiana tendrá razón de porque lo hizo y porque reaccionó así.
La masa, en general, genera una leve satisfacción funcional. Toma como una conciencia de fuerza que tal vez sea falsa, pero en el grado de exaltación que se genera en la masa queda que esa conciencia de fuerza es invulnerable. Tiene intolerancia y además como obediencia a la autoridad. Responde a la única autoridad que es el líder. Desde la definición de liderazgo podríamos decir que es un líder negativo que tiene condiciones para exaltar la masa y por los suyos responde.
Se considera un ideal, que en realidad no es un ideal porque genera todo lo que mueve como un motor a la masa en todo el accionar que realiza. En ellos desaparecen las inhibiciones y aparece la libre satisfacción funcional. Generalmente, en la masa puede verse aquello que desde la psicología son los instintos crueles, los brutales, los destructivos que yacen de por si, en el interior de un ser humano pero que el sujeto con un sentido de racionalidad, de sentido crítico los puede dominar aún en las situaciones más extremas.
El rendimiento intelectual de una masa, si se analiza, es muy bajo, muy pobre y además lo más significante es que ese rendimiento intelectual está muy por debajo del rendimiento intelectual de cada individuo que compone esa masa. En la masa se da una consistencia supuesta pero diferente a lo que puede darse en un grupo de cualquier tipo, ya sea familiar, de amistad de trabajo o de estudio. Responden a un impulso de masificación.
En ese proceso de masificación se da lo que en psicología llamamos “neurosis histérica”. La neurosis se da en todo ser humano pero unido a la histeria hace que no valga la realidad objetiva, sino aquella que el sujeto, desde su inconsciente, cree que es la realidad. Se confunde aquello que es real con la fantasía que ellos persiguen.
En la masa que forman los barrabravas, se da una voluntad poderosa que responde al líder que los maneja. Ese líder, para ellos, tiene un prestigio Ese individuo que se para delante de ellos, les paraliza la capacidad crítica y los llena de un asombro que hace que su prestigio, dependa del éxito que tiene el líder pero que también decae tormentosamente cuando ese líder tiene un fracaso.
miércoles, 7 de noviembre de 2007
Entrevista a la Psicóloga Social Ana Maria Roldan
Publicado por santi en 7:11